Se conserva la costumbre de vestir el traje tradicional en todas las actividades diarias, no solo en los festivos, así es frecuente ver a mujeres con su atuendo vendiendo en el mercado, paseando por la playa, en un puesto callejero, comprando, anunciando y ofreciendo alojamiento, o desayunando solas o con las amigas en las pastelerias, o trabajando de apoyo a los pescadores desde la orilla, origen del diseño adecuado a sus labores..
El pueblo de las mujeres de las siete faldas, Nazaré. Una vendedora de frutos secos nos explicó que llevan una falda blanca con tiras bordadas y encima de esta, varias faldas de franela de colores vivos de forma que hacen mucho vuelo, un delantal de color oscuro con bolsillos. Llama la atención la altura de las faldas de tosas las mujeres, por encima de la rodilla tanto en las mujeres de mediana edad como en las mas mayores. Por lo general las piernas desnudas aunque algunas llevan medias cortas, el calzado suele ser unas chinelas, una blusa y un chal que cruzan por delante y que les sirve para guarecer las manos completan el vestuario. El cabello sujeto en un moño y el pañuelo a la cabeza rematan la composición.
Hemos observado que son muy amigas de llevar adornos de oro, sobre todo unos pendientes típicos que pueden encontrarse en las joyerias locales.
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