Situado junto a la estación de ferrocarril, AVE, y al Metro cuando esté terminado, aparcamiento exterior 15 € al día, tiene entrada directa a la estación. Junto a un gran centro comercial.
Fácil acceso si se llega en tren, pero si llegas en coche ármate de paciencia porque entre obras cambios de sentido y otras lindezas lo fácil es perderse. Menos mal que los malagueños son muy hospitalarios y amables, te indicarán siempre bien.
Arquitectura y decoración funcional, minimalista. Propia del lugar donde se encuentra.
Habitaciones amplias, decoradas como todo el hotel, funcional, de negocios pero con clase. La cama de matrimonio son dos camas juntas pero no se separan. No dispone de instrucciones para encender la tele y nos fue imposible conectarnos a Internet con el wi-fi, tampoco otra pareja que venia con nosotros, ni otros huéspedes que vimos en recepción con el mismo problema. No se pueden abrir las ventanas, y es difícil ventilar la habitación. La puerta del baño (que es espacioso) es semitransparente-espejo. No buena insonorización.
Un sillón muy cómodo en la habitación.
El desayuno (13 €) muy completo, café Expreso con cápsulas de 5 diferentes tipos, jamón jamón, salmón, frutas, varios tostadores, pastelería muy surtida, estupendo.
El personal muy atento en recepción, servicio de habitaciones y comedor.
Queda en el límite de lo aceptable para ir al Centro andando.
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